Los incendios forestales que asolan cada año nuestros bosques, son una triste noticia cada año. La acción humana, a veces malintencionada, otras veces fruto de un fatal descuido, es responsable de gran parte de estos incendios. ¿Pero como impactan los incendios de nuestros bosques al calentamiento global y como favorece el cambio climático la aparición de más incendios y con mayor virulencia? En este post te explicamos las claves de este interesante tema.
Los incendios forestales
Cada verano, los incendios forestales son, desgraciadamente, más habituales y más intensos. En Europa, se queman cada año, de media, más de 3.900 kilómetros cuadrados cuadrados, un área del tamaño de Suiza. Seguramente recuerdes incendios recientes como el ocurrido en la Sierra de la Culebra, que ha arrasado más de 30.000 hectáreas en Zamora, o los grandes incendios de la costa de California en 2020 y 2021, con varios incendios ardiendo durante meses.
Pero, ¿Cómo están contribuyendo estos incendios al calentamiento global? y de manera inversa, ¿Cómo el cambio climático está modificando las condiciones, favoreciendo los mega-incendios?
Causas de los incendios forestales
Los incendios forestales causados por un origen natural como por ejemplo un rayo, pueden tener un efecto regenerador y forman parte del ciclo natural. No obstante, más del 90% de las causas de los incendios forestales están relacionadas con la actividad humana, ya sea de forma intencionada, o como resultado de acciones como quemas agrícolas, o simplemente no apagar completamente un cigarrillo o una fogata. Esto está provocando un aumento del número de los incendios, con efectos devastadores para el medio ambiente.
El ciclo natural del fuego
Los bosques retienen el carbono en los árboles y la tierra. Cuando los bosques se queman, el carbono retenido es liberado a la atmósfera. La regeneración de la vegetación pone en marcha un nuevo ciclo. De hecho, árboles como la picea negra, una conífera originaria de los bosques de Norteamérica dependen parcialmente de los incendios para reproducirse. Al quemarse la vegetación, el fuego abre las piñas de estos árboles y las semillas caen sobre el suelo para germinar posteriormente.
Además los incendios contribuyen también a regenerar y aumentar la biodiversidad de los ecosistemas en latitudes septentrionales. Pero, ¿cómo es posible? En ausencia de fuego, la materia orgánica se va acumulando sobre el permafrost y la productividad del ecosistema disminuye. La flora se vuelve menos diversa y los hábitats de la fauna se empobrecen. Los incendios, originados por causas naturales en estas zonas tan remotas, queman toda esta materia orgánica acumulada, acelerando su descomposición y devolviendo los nutrientes al suelo. Se inicia así un nuevo y vigoroso ciclo de la vida de estos ecosistemas.
Como impactan los incendios forestales en el cambio climático
Después de un incendio, cuando la recuperación del ecosistema es más lenta o parcial, por ejemplo cuando los bosques tropicales son sustituidos por cultivos, el carbono que no es capturado de nuevo permanece en la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global. Pero el carbón que se genera en estos incendios, puede, por paradójico que parezca, amortiguar la liberación de carbono. Un estudio de la universidad de Swansea, ha descubierto que el carbón generado en un incendio forestal, contiene altos niveles de carbono y se degrada muy lentamente, por lo que retiene este carbono en los suelos durante varios años. Si quieres saber más visita el estudio de la universidad de Swansea.
El calentamiento global favorece los incendios forestales
De manera inversa, el cambio climático, está potenciando unas condiciones favorables a los incendios forestales. Las olas de calor y la escasez de lluvias durante largos periodos de tiempo hacen que nuestros bosques estén más secos. Cuando estos se incendian, la vegetación prende como una cerilla, haciendo más difícil su control y extinción.
¿Recordáis los terribles incendios de 2020 de Norteamérica, especialmente de la zona de California? Ese año, solo en el estado del Golden Gate, se contabilizaron más de 9.600 incendios y se quemaron más de 1,7 millones de hectáreas. Los incendios ardían durante semanas y el humo generado hacía literalmente irrespirable el aire, obligando a la población a refugiarse en sus casas. Pues bien, los ingredientes para semejante tragedia los había servido antes el calentamiento global. Según la Nasa, 2019 y 2020 fueron dos años azotados por sequías extremas, especialmente en la zona oeste de Estados Unidos. Añade el verano de 2020 extremadamente caluroso, vientos fuertes y un número inusual de tormentas eléctricas en agosto de ese año y el cocktail para semejante desastre está servido.
Que podemos hacer
La prevención es una herramienta fundamental para combatir los incendios forestales. Las administraciones públicas, realizan a menudo acciones preventivas sobre la masa forestal, por ejemplo generando cortafuegos, líneas de defensa o diversificando la tipología de la vegetación. También desarrollan infraestructura de prevención, construyendo pistas de acceso a zonas forestales, instalando puntos de agua en ubicaciones estratégicas, o instalaciones de vigilancia. Si quieres conocer más accede a este link.
La tecnología nos permite además realizar una monitorización a nivel global del nivel de riesgo de incendios, así como hacer un seguimiento aéreo o vía satélite del avance del fuego. Modelos climáticos locales, facilitan a los bomberos información sobre cómo puede avanzar un incendio. Esto les permite planificar mejor sus esfuerzos en la extinción del incendio y ayuda también a proteger a la población local.
Y ¿Cómo podemos contribuir nosotros? Tomar conciencia del peligro que suponen los incendios forestales y extremar las precauciones son dos buenas maneras de actuar. Por ejemplo, respetando la normativa de cada bosque (regulación de períodos para hacer barbacoas, …), evitando tirar colillas o ascuas en zonas con vegetación. También puedes colaborar con proyectos de reforestación ya sea con aportaciones económicas o participando en jornadas de plantación de árboles. Vamos, ¡lo que tú hagas sí importa!
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