El mundo está en constante cambio, a menudo, el cambio climático que experimenta nuestro planeta ocasiona destrucción. ¿Qué podemos hacer al respecto? En este post queremos hablarte sobre la movilidad sostenible, qué es y cómo puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, tan dañinas que provocan el calentamiento global. La acción de cuidar y preservar la vida de nuestro planeta está en manos de todos y todas. Entonces, ¿qué pequeñas acciones podemos hacer en el día a día que ayuden a frenar la situación? La movilidad sostenible es una de ellas.
Movilidad sostenible
Con movilidad sostenible nos referimos a la forma de traslado que apuesta por el bajo consumo de carbono. Esta, además de alzarse como saludable, eleva la calidad de vida de las ciudades y el bienestar general de la ciudadanía. De igual forma, propicia la creación de espacios públicos confortables que favorecen la convivencia.
En definitiva, se trata de todas aquellas acciones individuales destinadas a tratar de mejorar la calidad del entorno en el que vivimos realizando desplazamientos sostenibles. Promover el uso del transporte público, o el uso de combustibles alternativos, son dos de sus pilares principales. La idea es, en la medida de lo posible, minimizar el impacto medioambiental y social que se genera con las constantes emisiones de CO2 a la atmósfera, así como de gases de efecto invernadero, en general. La Ley 2/2011 sobre Economía Sostenible regula este aspecto dentro del Capítulo III en lo que a transporte y movilidad se refiere.
Acciones para reducir la huella de carbono
La huella de carbono, como su propio nombre indica, es el rastro que nuestros actos cotidianos dejan respecto al consumo de combustibles fósiles, siendo el carbono el más abundante. Pero, ¿cómo podemos ayudar a revertir la situación derivada del cambio climático? A veces, aunque no seamos conscientes de ello, pequeñas acciones nos ayudan a cuidar un poco más el planeta y a disminuir no solo la huella de carbono, sino las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Existen una infinidad de opciones que podemos aplicar en nuestro día a día para poder mejorar la situación. Por ejemplo, decidir ir en bicicleta o caminando cuando los trayectos son cortos. Esto, además de sostenible, es una opción saludable para nuestro organismo. Si, por el contrario, el transporte vehicular es la única opción, podemos también emplear otras acciones colectivas como: compartir un coche para personas que vayan en la misma ruta, de esta manera, en vez de usar cinco coches, esas cinco personas pueden ir en un único coche. Además, esto fomenta la socialización.
Otro ejemplo, es usar el transporte público como el tren, el avión el autobús o un barco. Gracias a ellos, una gran cantidad de personas pueden ocupar un único medio de transporte. Además de ser medios seguros, también fomentan la socialización y, por supuesto, la sostenibilidad, reduciendo así la contaminación y las emisiones nocivas a la atmósfera.
Conducción sostenible
Hablando de la conducción privada en un vehículo particular, también podemos realizar acciones que ayuden a reducir la huella de carbono. Parece increíble que algo tan simple pueda tener gran impacto. Hablamos de la conducción sostenible. ¿Cómo la podemos lograr? Muy sencillo. Hay que seguir una serie de pasos o acciones a la hora de coger nuestro coche. Es importante arrancar el coche sin pisar el acelerador. A la hora de cambiar las marchas, es mucho mejor hacerlo a 2.000 revoluciones por minuto si se trata de un coche diesel, o bien a unas 2.500 revoluciones si el coche es de gasolina.
¿Sabías que si tus neumáticos tienen una presión por debajo de 0,3 bares, aumenta el consumo de combustible un 3 %? Así es. Por este motivo es tan importante revisar siempre el estado de los neumáticos. ¿Y qué me dices del consumo de combustible cuando las ventanillas van abiertas? Si la velocidad es mayor a 60 kilómetros por hora, el consumo es un 5 % más elevado. Por lo tanto, si vas a más de 60 kilómetros por hora, lo recomendable es que vayas con las ventanillas subidas.
Ahora bien, si usas el aire acondicionado, se consume un 20 % más de combustible. Por tanto, se recomienda usarlo con moderación, manteniendo una temperatura entre 23 y 24 grados. Además, si el coche está parado durante más de un minuto, es recomendable apagar el motor. Por otro lado, se puede fomentar el uso de vehículos con combustible ecológico como los híbridos. Por último, es importante mantener siempre una velocidad constante, para reducir las emisiones.
En definitiva, para fomentar una movilidad sostenible, podemos realizar muchas acciones pequeñas que, en conjunto, resultan ser una gran aportación para la lucha contra el cambio climático. Usar la bicicleta, ir a pie, apostar por los transportes públicos o coches compartidos y aplicar una conducción sostenible mejorará nuestro planeta.
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